TECNICAS PARA LA ADMINISTRACION DEL TIEMPO.
1. Crear listas de tareas por hacer 📖
La mayoría de las técnicas giran en torno a una actividad
fundamental: crear listas.
Es difícil llevar todos los pendientes en la cabeza, así
que crear listas te ayuda a organizar el trabajo y establecer prioridades. Hay
varias formas en las que puedes organizar tus listas, algunas de las
técnicas más populares son:
- La
caja de Eisenhower
Esta técnica fue implementada por el ex presidente Dwight Eisenhower. Consiste en una matriz que te ayuda a clasificar las tareas según sus prioridades y el tiempo que debes invertir en ellas. Los cuadrantes a clasificar son los siguientes.
- Tablero
Kanban
Un tablero Kanban es una forma sencilla de estructurar el
progreso de tus tareas. Consiste en crear columnas que representen las
diferentes etapas de un proyecto, así en cada columna se colocan las diferentes
tareas que se deben llevar a cabo. La idea es mover las actividades en las
diferentes columnas para evaluar su avance.
- Esquema
GTD
Getting This Done (GTD) es un método de gestión
de actividades, hace referencia a que una persona necesita liberar su mente
de las pareas pendientes. El autor argumenta que la mayoría de los bloqueos
mentales con los que nos encontramos son el origen de una mala
planificación.
A diferencia de otras técnicas, no se centra en
establecer prioridades, si no en la creación de listas específicas para cada
contexto.
Los principios de GTD son:
- Recopilar: se escriben todo aquello que se debe recordar,
realizar o dar seguimiento.
- Procesar: analizar qué necesita cada actividad, por ejemplo,
si una tarea se puede delegar, desechar, ponerlo en marcha, etc.
- Organizar: clasificar tareas en listas como acciones
próximas, proyectos, en espera, algún día.
- Revisar: las listas no sirven si no revisas el avance para
saber cuáles se han cumplido y cuáles no.
- Hacer: dejar de organizar y comenzar a ejecutar.
Además, si al realizar tu clasificación identificas que
existen tareas que puedes realizar en dos minutos o menos,
hazlas de inmediato.
2.
Técnica Seinfeld (no romper la cadena)
El comediante, guionista y actor estadounidense, Jerry
Seinfeld, ha compartido en diferentes ocasiones uno de sus grandes secretos para
elevar sus niveles de productividad.
Consiste en un calendario grande en tu lugar de trabajo y
trazar un cronograma con las rutinas o tareas que tienes que llevar a cabo por
día, si cumples tu meta diaria lo marcas en el calendario. Después de varios días
cumpliendo con la cadena, no vas a querer romperla.
Lo importante es colocar este calendario en un área visible mientras trabajas, así podrás ver tus avances cada día conforme avanza la semana. Con esto te mantendrás motivado y te ayudará a evitar romper el esquema que has marcado.🔧🔨🔗🔨🔧🔨🔨🔨🔨
3. La
técnica de los 5 minutos
Esta técnica tiene la finalidad de eliminar las pérdidas
de tiempo. Consiste en decidirte a llevar a cabo tus tareas en solo “5
minutos”, así tu cerebro no tiene mucho que argumentar.
Desde luego, hay tareas que no se realizan en 5 minutos,
sin embargo, lo que pasará después de ese tiempo es que ya estarás involucrado
con la tarea y podrás continuar hasta terminarla.
4.
Técnica pomodoro..
La técnica pomodoro consiste en dividir tu jornada
laboral en pequeños tiempos de 25 minutos. Durante este tiempo debes llevar a
cabo tu trabajo sin distracciones, cuando terminan puedes tomar un descanso de
3 a 5 minutos para despejarte un poco. Durante el día se debe seguir el proceso
y cada cuatro pomodoros (bloques de 25 minutos) puedes tomar un descanso más
largo de 15 a 20 min
La idea es que la limitación del tiempo ayude a enfocarse
en la actividad, y los descansos ayuden a despejar la mente para continuar
trabajando.
5. Mapas
mentales
Después de saber qué es lo que necesitas hacer para
concentrarte durante tu semana de trabajo, puedes utilizar los mapas mentales
para organizar tus pensamientos en listas de acciones concretas.
¿Qué es la matriz Eisenhower?
Es una herramienta de gestión del tiempo para distinguir
las tareas que deben resolverse lo más pronto posible y las que pueden
posponerse, delegarse a otro responsable o, incluso, eliminarse de la lista de
pendientes. Su
finalidad es jerarquizar la carga de trabajo.
¿Para qué
sirve la matriz Eisenhower o matriz de administración del tiempo?
Más allá de ser un instrumento compartido en uno de los
libros más citados en el mundo de las ventas, la matriz Eisenhower, también
conocida como la caja Eisenhower, la matriz urgente/importante o
la matriz de administración de tiempo, es un recurso que contribuye en
gran medida para planificar, priorizar, delegar tareas semanas y mensuales, al
dividirlas en cuatro cuadrantes, que van de lo importante a lo no importante, y
de lo urgente a lo no urgente.
No obstante, sus ventajas van un poco más allá. Al
administrar de esta manera el trabajo, también puedes darte cuenta de cuáles
actividades de tu día a día se pueden delegar a otro miembro de tu equipo, o
incluso eliminar del todo. Así, habrá espacio para lo que no necesariamente
debe completarse de inmediato, pero que no conviene posponer porque es vital
para el buen desempeño de tu área, tu empresa o tu negocio en general.
5 pasos para realizar tu propia matriz
Eisenhower
·
Establece tus cuadrantes
Para empezar, debes imaginar que tus tareas se
organizarán en 4 cuadrantes de prioridad, como ya lo mencionamos: importante,
no importante; urgente, no urgente. Debería verse más o menos así:
·
Clasifica tus tareas basándote en los
cuadrantes
Ahora que ya sabes cómo priorizar tus tareas, analiza qué
es lo que debe clasificarse como urgente y como importante. Para que sepas cómo
hacerlo, estas son las definiciones:
- Cuadrante 1: urgente + importante. Aquí cabe todo
lo que debe realizarse lo antes posible y que no puede delegarse a nadie
más. Nos referimos a situaciones cotidianas, como escribir una publicación
diaria para el blog de tu empresa para cumplir con la cuota de contenido
establecida, y también a aquellas que surgen de imprevisto, como una
crisis en redes sociales que debe resolverse cuanto antes.
- Cuadrante 2: importante + no urgente. En este
espacio acomoda aquello que debe cumplirse, pero no tiene una fecha
inmediata.
- Cuadrante 3: urgente + no importante. Quizá esta
clasificación no la tienes presente la mayor parte del tiempo, pero sí
existen tareas que son urgentes, pero no importantes. Eso quiere decir que
puedes delegarlas a alguien de tu equipo para su seguimiento sin
sacrificar el tiempo que debes invertir en otras actividades. Por ejemplo,
agendar citas con prospectos, responder correos de recibido o darle
seguimiento a una campaña de anuncios; es decir, todo lo rutinario.
- Cuadrante 4: no urgente + no importante. En el día a
día nos vamos a encontrar con este tipo de tareas que nos distraen
demasiado o hacen que pospongamos una actividad. Es lo que muchos
etiquetan como procrastinar, que no necesariamente quiere decir que no
haces nada, sino más bien que inviertes tu tiempo en cosas que no te
ayudan a avanzar, como revisar todas tus cuentas personales de redes
sociales antes de ver tu correo, o dedicarle más de lo necesario a elegir
un color para el fondo de una foto. Todo lo que cabe aquí debe eliminarse.
Tomando el ejemplo anterior, se vería así:
·
Aprende a delegar
Uno de los grandes retos para los que usan la matriz de
Eisenhower por primera vez, es aprender a delegar tareas. Para una persona algo
aprensiva, hasta las actividades más sencillas y rutinarias se convierten en un
asunto de vida o muerte y, por lo tanto, prefieren no arriesgarse al poner a
alguien más al frente de ellas.
Sin embargo, delegar responsabilidades es también
una estrategia que aumenta la productividad, ayuda a destacar el
talento escondido de tu equipo y se convierte en una forma de motivar a los que
trabajan contigo, incluso si es con algo pequeño.
·
Implementa la matriz Eisenhower con tu equipo
Aunque cada persona tenga sus propios cuadrantes, también
es posible usarla para la gestión del trabajo de equipos completos. De esta
forma, es más sencillo que cada área sepa qué tiene que hacer y la prioridad
que se le debe dar a cada proceso. Además, es una buena manera de informar a
todos en qué se ocupa cada quién, y así no perder tiempo en las juntas de
seguimiento.
·
Enfoca tus esfuerzos de
manera efectiva
Una vez que ya sabes cuál tarea es más importante y
urgente, es más sencillo decidir qué debe resolverse con rapidez y qué necesita
más planeación. Esto te ayudará a concentrarte mejor, nivelar la presión y
el estrés y desarrollar lo más importante con sin descuidos.
Para ejemplificarlo mejor, lo ponemos de la siguiente
manera:
- Todo lo que es urgente debería ser lo
primero que hagas en tu rutina. Nada de eso puede esperar, así que es
mejor que se elimine de tu lista lo antes posible
- Todo lo que es importante, pero no urgente, necesita
planeación y toda tu atención. No solamente hablamos de lo relacionado
directamente en tu trabajo (planes de expansión, colaboraciones con otras
marcas a largo plazo, el lanzamiento de un nuevo producto o servicio),
sino también en lo que te ayuda a ser un mejor profesional en tu campo (tomar
diplomados y conseguir certificaciones), a mantenerte saludable (entrenar
para correr un maratón dentro de cinco meses) o motivado (ahorrar para
comprar el auto con el que sueñas).
- Todo lo que es urgente y no importante es parte
de la rutina, pero alguien más puede hacerlo. Esto significa que también
debes reconocer que para dar lo mejor de ti necesitas decirle adiós a las
minucias.
- Finalmente, todo lo que ni es urgente ni importante es, y ha sido siempre, un obstáculo en tu trabajo. Es verdad que a lo largo del día debes tomar descansos, comer, distraerte para no saturar tu creatividad y concentración. Sin embargo, en el fondo sabes perfectamente que revisar Instagram no aporta nada a esta parte de tu rutina.
Organización eficaz:
El fin de la estructura de la empresa es conseguir una organización que sea
eficaz y eficiente. Decimos que una organización es eficaz cuando cumple los
objetivos que se ha marcado y que es eficiente cuando consigue los mejores
resultados posibles en relación con los recursos que ha empleado.
Empowerment:
Es una técnica o herramienta que
consiste en delegar, otorgar o transmitir poder, autoridad, autonomía y
responsabilidad a los trabajadores o equipos de trabajo de una empresa para que
puedan tomar decisiones, resolver problemas o ejecutar tareas sin necesidad de
consultar u obtener la aprobación de sus superiores.
El término “empowerment viene de
“power”, que significa “poder”, así que su traducción literal sería algo así
como “dar poder”. Sin duda, este método es totalmente diferente al tradicional,
en el que los niveles más altos de la empresa se encargan de impartir órdenes y
tomar decisiones.
Para que el empowerment funcione…
En el artículo “Cómo el
empowerment puede ayudar a tu empresa” de Destino Negocio afirman que el
empowerment se basa en cuatro puntos principales. El primero de ellos es el
poder. Y es que para que esta filosofía funcione, “el gestor debe delegar
autoridad y responsabilidad en todos los niveles de la empresa”.
Por tanto, hay que
confiar en las personas y darles libertad. El segundo punto es la motivación,
es decir, reconocer el buen desempeño, celebrar el alcance de las metas y
recompensar los resultados. También hablan del desarrollo, refiriéndose a la
capacitación permanente que deben recibir los colaboradores.
Por último, señalan el
liderazgo, ya que para que el empowerment no fracase “las decisiones no pueden
ser centralizadas”, sino que las empresas tienen que dejar que los empleados
lideren.
·
Ventajas del
empowerment
La más importante es que
al adquirir mayor poder, autoridad, autonomía y responsabilidad, los
trabajadores se sienten más reconocidos, considerados y, por supuesto, más
útiles.
Como consecuencia, ganan
en autoestima y se sienten mucho más motivados y comprometidos con la empresa,
lo que, sin duda, mejora la productividad.
Por otro lado, es
importante tener en cuenta que, al permitir un mayor fortalecimiento de los
trabajadores, se pueden aprovechar mejor sus competencias. Además, no hay que
olvidar que los empleados que están más cerca de las acciones o los problemas
son los más indicados para tomar decisiones al respecto.
Por último, queremos destacar que, gracias a esta filosofía, no se pierde el tiempo, ya sea en consultar o en obtener la aprobación de los superiores para tomar decisiones.
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